Algunas personas pueden pensar que los Psicólogos adivinamos......No y si. Integrar Ciencia, Conocimiento, Intuición, mediante el ingrediente principal que es el amor, para "sentir", buscar el entendimiento en las vivencias, y encontrar la manera de aliviar el dolor, mejorar el comportamiento, las relaciones, propiciando cambios constructivos.
Acompañarnos a sanar la mente, las emociones, a recordar que somos un espíritu perfecto; y así el cuerpo adolorido por la manifestación de las heridas del alma repare las somatizaciones convertidas en enfermedad, y trascienda a la felicidad que es el único fin que nos trajo a la tierra. "La realización plena de todas nuestras posibilidades" en armonía. Sincronizar. Despertar. Tomar consciencia. Optimizar la personalidad. Los circuitos de cada uno integran con el resto, así que estamos para buscar la mejor manera de hacerlo. Evaluar, investigar, intervenir, comunicar. Depende de todos. Esta página ha sido creada como una obra de arte, para recrear lo profundo del sentir. El mayor deseo es que la disfruten.
"A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo" Jean de La Fontaine.
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La muerte no existe
El científico estadounidense Robert Lanza afirma que tiene pruebas definitivas para confirmar que la vida después de la muerte existe y que de hecho la muerte, por su parte, no existe de la manera en la que la percibimos.
Después de la muerte de su viejo amigo, Albert Einstein dijo: "Ahora Besso se ha ido de este extraño mundo un poco por delante de mí. Eso no significa nada. La gente como nosotros [...] sabe que la distinción entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión obstinadamente persistente." Nuevas pruebas continúan sugiriendo que Einstein tenía toda la razón al decir que la muerte no es más que una ilusión.
Lanza opina que la respuesta a la pregunta '¿Qué hay más allá de la muerte?', sobre la que los filósofos llevan siglos reflexionado radica en la física cuántica, y en concreto en la nueva teoría del biocentrismo. Según el científico, de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest (Wake Forest University School of Medicine), en Carolina del Norte, la solución a esa cuestión eterna consiste en la idea de que el concepto de la muerte es un mero producto de nuestra conciencia.
Esencialmente, la idea de morir es algo que siempre se nos ha enseñado a aceptar, pero en realidad solo existe en nuestras mentesEl profesor afirma que el biocentrismo explica que el universo solo existe debido a la conciencia de un individuo sobre él mismo. Lo mismo sucede con los conceptos de espacio y tiempo, que Lanza describe como "meros instrumentos de la mente", publica el periódico británico 'The Independent'.
En un mensaje publicado en el sitio web del científico, Lanza explica que con esta teoría el concepto de la muerte como la conocemos "no existe en ningún sentido real", ya que no hay verdaderos límites según los cuales se pueda definir.
"Esencialmente, la idea de morir es algo que siempre se nos ha enseñado a aceptar, pero en realidad solo existe en nuestras mentes", opina Lanza. Asimismo, evidentemente, creemos en la muerte porque nos asociamos con nuestro cuerpo y sabemos que los cuerpos físicos mueren.
Nuestra manera clásica de pensar se basa en la creencia de que el mundo tiene una existencia objetiva independiente de un observador. Pero una larga lista de experimentos demuestra todo lo contrario. El nuevo biocentrismo, la teoría elaborada por el científico, supone que la muerte no puede ser un evento terminal, tal y como la solemos considerar.
La muerte no existe en un mundo sin espacio ni tiempo. La inmortalidad no significa la existencia perpetua en el sistema temporal, sino que se encuentra completamente fuera del tiempoLanza indica también que el biocentrismo es similar a la idea de universos paralelos, la hipótesis formulada por físicos teóricos según la cual hay un número infinito de universos y todo lo que podría suceder ocurre en alguno de ellos. La muerte no existe en ningún sentido real en estos escenarios. Existen todos los universos posibles simultáneamente, independientemente de lo que ocurre en cualquiera de ellos, escribía Lanza en la revista 'Psychology Today'.
En términos de cómo afecta ese concepto a la vida después de la muerte, el profesor explica que, cuando morimos, nuestra vida se convierte en una "flor perenne que vuelve a florecer en el multiverso" y agrega que "la vida es una aventura que trasciende nuestra forma lineal ordinaria de pensar; сuando morimos, no lo hacemos según una matriz aleatoria, sino según la matriz ineludible de la vida".
"La muerte no existe en un mundo sin espacio ni tiempo. La inmortalidad no significa la existencia perpetua en el sistema temporal, sino que se encuentra completamente fuera del tiempo", subraya Lanza.
Después de la muerte de su viejo amigo, Albert Einstein dijo: "Ahora Besso se ha ido de este extraño mundo un poco por delante de mí. Eso no significa nada. La gente como nosotros [...] sabe que la distinción entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión obstinadamente persistente." Nuevas pruebas continúan sugiriendo que Einstein tenía toda la razón al decir que la muerte no es más que una ilusión.
Lanza opina que la respuesta a la pregunta '¿Qué hay más allá de la muerte?', sobre la que los filósofos llevan siglos reflexionado radica en la física cuántica, y en concreto en la nueva teoría del biocentrismo. Según el científico, de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest (Wake Forest University School of Medicine), en Carolina del Norte, la solución a esa cuestión eterna consiste en la idea de que el concepto de la muerte es un mero producto de nuestra conciencia.
Esencialmente, la idea de morir es algo que siempre se nos ha enseñado a aceptar, pero en realidad solo existe en nuestras mentesEl profesor afirma que el biocentrismo explica que el universo solo existe debido a la conciencia de un individuo sobre él mismo. Lo mismo sucede con los conceptos de espacio y tiempo, que Lanza describe como "meros instrumentos de la mente", publica el periódico británico 'The Independent'.
En un mensaje publicado en el sitio web del científico, Lanza explica que con esta teoría el concepto de la muerte como la conocemos "no existe en ningún sentido real", ya que no hay verdaderos límites según los cuales se pueda definir.
"Esencialmente, la idea de morir es algo que siempre se nos ha enseñado a aceptar, pero en realidad solo existe en nuestras mentes", opina Lanza. Asimismo, evidentemente, creemos en la muerte porque nos asociamos con nuestro cuerpo y sabemos que los cuerpos físicos mueren.
Nuestra manera clásica de pensar se basa en la creencia de que el mundo tiene una existencia objetiva independiente de un observador. Pero una larga lista de experimentos demuestra todo lo contrario. El nuevo biocentrismo, la teoría elaborada por el científico, supone que la muerte no puede ser un evento terminal, tal y como la solemos considerar.
La muerte no existe en un mundo sin espacio ni tiempo. La inmortalidad no significa la existencia perpetua en el sistema temporal, sino que se encuentra completamente fuera del tiempoLanza indica también que el biocentrismo es similar a la idea de universos paralelos, la hipótesis formulada por físicos teóricos según la cual hay un número infinito de universos y todo lo que podría suceder ocurre en alguno de ellos. La muerte no existe en ningún sentido real en estos escenarios. Existen todos los universos posibles simultáneamente, independientemente de lo que ocurre en cualquiera de ellos, escribía Lanza en la revista 'Psychology Today'.
En términos de cómo afecta ese concepto a la vida después de la muerte, el profesor explica que, cuando morimos, nuestra vida se convierte en una "flor perenne que vuelve a florecer en el multiverso" y agrega que "la vida es una aventura que trasciende nuestra forma lineal ordinaria de pensar; сuando morimos, no lo hacemos según una matriz aleatoria, sino según la matriz ineludible de la vida".
"La muerte no existe en un mundo sin espacio ni tiempo. La inmortalidad no significa la existencia perpetua en el sistema temporal, sino que se encuentra completamente fuera del tiempo", subraya Lanza.
La muerte no existe. Las estrellas desaparecen tras el horizonte para levantarse sobre otras tierras, y siempre brillando en la enjoyada corona del cielo, resplandecen por siempre jamás. La muerte no existe. Las hojas del bosque convierten en vida al aire invisible; las rocas se desintegran para alimentar el hambriento musgo que arraigó en ellas. La muerte no existe. El polvo que pisamos se cambiará con las lluvias estivales en granos dorados, dulces frutas o polícromas flores. La muerte no existe. Las hojas caen y las flores se marchitan y desaparecen, pero no hacen más que esperar durante las horas invernales el dulce y tibio aliento de mayo. La muerte no existe, aunque lloremos cuando las formas familiares que hemos aprendido a amar nos son arrancadas de nuestros amantes brazos. Aunque con el corazón destrozado y cubiertos con nuestros vestidos de luto llevemos sus restos insensibles a su última morada, y digamos que han muerto. No, no están muertos. Sólo se han ido más allá de la niebla que nos ciega aquí, a esa nueva y más amplia vida de esferas más serenas. No han hecho más que dejar caer su vestido de arcilla para ponerse una túnica resplandeciente; no han ido muy lejos, ni se han perdido ni partido. Aunque invisibles para los ojos mortales, todavía están aquí y nos siguen amando. Y nunca olvidan a los seres queridos que han dejado atrás. Algunas veces sentimos en nuestra frente afiebrada la caricia de su mano o un hálito balsámico. Nuestro espíritu los ve y nuestros corazones se consuelan y tranquilizan. Si, siempre cerca de nosotros, aunque invisibles, están nuestros espíritus queridos e inmortales. Porque en todo el ilimitado Universo de Dios hay vida, y la muerte no existe.
John Mc Creery
John Mc Creery